Los batidos son formas estupendas de incorporar fruta a nuestro menú casi sin darnos cuenta. Más saludables y nutritivos que los zumos, los batidos de frutas hechos en la batidora son también más saciantes y son realmente sabrosos. Es una de las preparaciones preferidas del cocinero Karlos Arguiñano, que suele hablar de ellos en sus programas y los recomienda para cualquier persona, jóvenes o mayores.
Una de las preparaciones exprés que el cocinero
reparar un asado es uno de los rituales favoritos de los argentinos y, prácticamente, cada familia tiene su asador o asadora designada que ha aprendido sus trucos y conocimientos de algún padre o abuelo. En la mayoría de los casos, este paso a paso se realiza de memoria y sin reflexionar demasiado sobre las técnicas ni los productos que se utilizan a la hora de prender el fuego.
Facundo Cabrera, el creador del emprendimiento BrasUP, se animó a cuestionar la tradición y planteó una problemática vinculada al carbón vegetal: la gran cantidad de árboles nativos que se utilizan para su producción. “Cuando tomé conciencia hace tres años de que los bosques se están agotando y de que la industria del carbón necesita un cambio, quise crear una alternativa”, asegura.
Con esta cuestión en mente, el emprendedor ideó un carbón cien por ciento ecológico preparado con cascarillas de arroz. El procedimiento para elaborar este producto, añade, comienza con el tostado de la cascarilla a alta temperatura. Luego se las tritura y se las mezcla con un aglutinante natural y agua. A continuación, pasan por una extrusora para darles forma; y, por último, se las somete a un proceso de secado para terminar con el producto final.
Sobre las diferencias que existen entre BrasUP y el carbón vegetal, el emprendedor distingue: “Tanto el carbón vegetal como el ecológico se degradan en una semana. Es decir, que ambos productos son orgánicos. El vegetal viene de la madera quemada y el ecológico viene de la cascarilla de arroz quemada”. La problemática en torno al primero, agrega, “no es la contaminación” sino su producto de origen. “Por un lado, uno tiene el carbón vegetal que proviene de talar árboles nativos y eso tiene un fin. Por su parte, la cascarilla de arroz con la que se elabora el carbón ecológico es un producto infinito que genera un negocio que puede durar muchos años porque no depende de un recurso agotable”.
Para poder llevar a cabo la producción de BrasUP en nuestro país, Cabrera cuenta que, como no existían antecedentes de carbón ecológico, decidió investigar qué era lo que sucedía en el resto del mundo. Fue así que descubrió que en Tailandia producían una alternativa con cáscaras de coco y de bambú.
El arroz en Corrientes
“En Brasil están comenzando a probar con cascarillas de arroz. Tras un viaje que hice en 2018 a Estados Unidos, donde utilizan restos forestales, me propuse volver a la Argentina y dedicarme cien por ciento a desarrollar este nuevo carbón”, explica.
“Encontré la solución en la provincia de Corrientes. Esto para mí fue como un sueño porque es mi provincia y es la capital nacional del arroz. La cascarilla es la misma materia prima, muy similar a la cascarilla de coco o maní. A partir de ahí, empezamos a desarrollar nuestra propia máquina con la que se realiza el carbonizado. Esta máquina es la única en la región y fue elaborada con elementos reciclados y reutilizados”, destaca orgulloso.
Con respecto a la utilización de este carbón en el asado, el emprendedor asegura que “no altera el sabor de lo que se cocina”. “El humo es lo que le da el sabor al asado. El ecológico, al igual que el vegetal, cuando se carboniza pierde la particularidad de ahumar y sólo da calor”.
Finalmente, Cabrera resalta que su producto puede descartarse, tras ser utilizado y a temperatura ambiente, tirándolo a la tierra como abono, debido a que se “descompone en muy poco tiempo”. Otra opción es sumarlo al compost: “Lo ideal sería usar la cascarilla carbonizada porque, una vez que se hizo ceniza, pierde la eficiencia. Pero, si uno lo agrega al compostaje, igual le hace bien porque es biodegradable”.